¿Después de «Next Dimension» vendrá la «Saga del Cielo»?

 

 

 

En un principio, esta iba a ser una entrada en la que, como he hecho otros años, pretendía hacer un resumen de las distintas noticias relacionadas con Saint Seiya surgidas en el mes de agosto de este año.

Y es que, efectivamente, en el mes de agosto de este año han surgido varias noticias sobre Saint Seiya que yo había decidido recoger en una sola entrada porque son noticias «cortas», que no dan para escribir una entrada dedicada a cada una de ellas por separado.

Sin embargo, una vez empecé a escribir dicha entrada, según iba escribiendo sobre la primera noticia que quería recoger en ella, cuando me quise dar cuenta; llevaba ya seis páginas escritas hablando de ella.

Por ello, finalmente, decidí reconvertir esa entrada en la que pretendía recoger todas las noticias de agosto en una dedicada en exclusiva a esa primera noticia. Y es que, esa primera noticia es una que, aunque como tal es corta, es una que, por ser sobre el asunto sobre el que es, es pertinente explicar ciertas cosas que las personas no familiarizadas con Saint Seiya pueden necesitar saber para entender de qué vamos a hablar en esta entrada.

Sin embargo, aunque al final haya decidido escribir una entrada dedicada en exclusiva a esa noticia en concreto, ello no significa que, al final, no vaya a escribir la entrada que pretendía escribir recogiendo las noticias de agosto; sino que lo que he decidido es «sacar» de dicha entrada esa noticia y dedicarle una entrada en exclusiva, y, en la primera, solamente recoger las otras noticias.

Y es que esa primera noticia que iba a recoger en la entrada dedicada a todas las noticias de Saint Seiya surgidas en agosto de este año es la de que, el día 4 de Agosto, a raíz de abrirse los preorders del número 10 de este año de la revista Champion Red en la tienda Gamers, se hizo pública la ilustración de la portada de esta.

Lo que hace que esta sea una noticia de la que merezca la pena hacerse eco es que se trata de una imagen que ha causado revuelo entre los fans de Saint Seiya debido a lo que aparece en ella. Y es que se trata de una ilustración dibujada por Masami Kurumada en la que se puede ver a Seiya de Pegaso (¿o quizá Tenma?) y, detrás de él, tres montañas con un templo griego en su cumbre cada una. Esto, junto al resto de elementos que aparecen en la imagen, ha hecho que esta haya sido interpretada por los fans de Saint Seiya como una ilustración con la que Masami Kurumada estaría anunciando el próximo lanzamiento de lo que se conoce entre los fans como «Saga del Cielo».

Cómo ya he explicado en otras entradas, Saint Seiya se divide, como otros mangas y animes (sobre todo, de su estilo) en varias partes denominadas «sagas». Estas se denominan así porque suelen ser conjuntos de capítulos en los que el protagonista se enfrenta a un determinado villano a lo largo de estos, por lo que estas partes, estos conjuntos de episodios, suelen ser «bautizados» como «Saga de» y el nombre del villano en cuestión.

De esta forma, y cómo ya también he explicado en algunas entradas pasadas, Saint Seiya, en concreto, se divide en la «Saga del Santuario», la «Saga de Asgard», que es una saga que solo existe en el anime; la «Saga de Poseidón» y la «Saga de Hades».

En lo que respecta al manga original escrito y dibujado por Masami Kurumada, y sin tener en cuenta Next Dimension y las distintas secuelas, precuelas y spin-offs escritos y dibujados por otros autores; las sagas antes mencionadas son todas y las únicas de las que se compone Saint Seiya: es todo lo que tenemos, no hay más; es todo lo que existe.

Sin embargo, cómo quizá recuerden aquellos de quienes lean esto que sean seguidores habituales de este blog, ya también en otras entradas (concretamente, tres) comenté que, aunque el manga original acaba con la Saga de Hades, la idea de Kurumada, en su momento, era haber escrito y dibujado una saga más, conocida popularmente entre los fans (ya que no tiene título oficial por no haberse hecho) como «Saga del Cielo», llamada así porque Kurumada pretendía que tratase de que Seiya y los demás debían enfrentarse a los doce dioses del Olimpo.

Sin embargo, por aquel entonces, todo se quedó en eso, una idea; porque, como ya también hemos explicado en alguna otra entrada, Saint Seiya empezó a decaer en popularidad en Japón a partir de la Saga de Asgard del anime, por lo que este fue cancelado tras la realización del último capítulo de la Saga de Poseidón.

Pues bien, parece ser que la caída de la popularidad de Saint Seiya no solo afectó al anime, sino también al manga.

Efectivamente, al parecer (al menos es el rumor que corre por Internet), la caída de la popularidad de Saint Seiya no solo provocó que Toei Animation decidiera cancelar el anime, quedándose de esa forma la Saga de Hades sin animar; sino también que Shueisha decidiera cancelar el manga.

De esta forma, según este rumor, Shueisha empezó a presionar a Masami Kurumada para que este concluyera el manga cuando terminara la Saga de Hades, por lo que el mangaka se vio obligado a poner Saint Seiya en «hiato» tras dicha saga.

Sin embargo, como ya también hemos explicado en alguna otra entrada, en torno al año 2002, Toei Animation se decidió a animar la Saga de Hades, alentada a ello por el hecho de que un fan francés de Saint Seiya creara un video hecho a modo de opening de la Saga de Hades y este llamara la atención lo suficiente como para que fuera exhibido en un evento de manga y anime. Como ya también hemos explicado, Toei Animation, sin embargo, al principio quiso ir sobre seguro y, aprovechando que, desde el punto de vista del escenario en que se desarrolla la acción de la Saga de Hades, esta se divide en tres partes, una que se desarrolla en el Santuario de Atenea, en el mundo de los vivos; otra que se desarrolla en el Hades y una tercera que se desarrolla en los Campos Elíseos; al principio, solamente hizo una miniserie de 13 OVAs que abarcaba la parte que se desarrolla en el mundo de los vivos.

Esta miniserie de 13 OVAs, sin embargo, tuvo mucho éxito, lo que animó al estudio a adaptar a anime el resto de la Saga de Hades en la forma de otras dos miniseries de OVAs que abarcaban cada una de las otras dos partes de la Saga de Hades, la que se desarrolla en el Inframundo y la que se desarrolla en los Campos Elíseos.

Pero el éxito de la primera de las tres miniseries de OVAs que adaptan a anime la Saga de Hades, la que adapta la parte ambientada en el mundo de los vivos; no solo animó a Toei Animation a realizar nuevos animes de Saint Seiya, sino que también animó a Masami Kurumada a retomar la franquicia. Efectivamente, alentado por ello, Masami Kurumada decidió lanzar un nuevo manga de Saint Seiya, aunque, en esta ocasión, junto a otro mangaka, Megumu Okada: el manga Saint Seiya: Episodio G.

También ya en otras entradas he explicado que todo esto ha desembocado en que Saint Seiya haya vivido un «revival» desde entonces hasta hoy, pues es lo que ha provocado que hoy día tengamos todos los animes y mangas que tenemos.

Sin embargo, lo que nos interesa aquí es que el éxito de la miniserie de OVAs que adaptan a anime la parte de la Saga de Hades ambientada en el mundo de los vivos, Saint Seiya: Capítulo de Hades – Santuario; animó, por un lado, a Toei Animation a lanzar un quinto largometraje en animación 2D; y, parece ser, a Kurumada a retomar la idea de realizar la Saga del Cielo.

Y es que, efectivamente, como también ya hemos explicado en otras entradas, en 2004, Toei Animation decidió realizar una quinta película en animación 2D y, aprovechando que le ofrecieron a él escribir el guion, Masami Kurumada escribió y presentó al estudio un guion por el cual esta quinta película sería la primera de una trilogía en la que se nos narraría la Saga del Cielo.

Cómo también hemos explicado ya, sin embargo, Toei Animation introdujo en esta película, Saint Seiya: Tenkai Hen – Overture (Saint Seiya: Capítulo del Cielo – Obertura) ciertos cambios que no gustaron a Kurumada. Esto, amén de tener una serie de consecuencias que han acabado perjudicando a la franquicia, al menos, en su rama audiovisual; tuvo como consecuencia que, de nuevo, la Saga del Cielo quedara en suspenso. Pero, en cierto sentido, no por mucho tiempo.

 

Cartel cinematográfico de «Saint Seiya: Tenkai Hen – Overture»

 

El caso es que, como también ya hemos explicado en este blog, una de las consecuencias que tuvo el encontronazo entre Toei Animation y Kurumada a causa de Tenkai Hen – Overture, fue la de que Kurumada decidiera lanzar el manga Saint Seiya: Next Dimension – Myth of Hades.

Aunque he hablado de cosas relacionadas con él en este blog en entradas como la dedicada a la figura Myth Cloth EX OCE del Caballero de Oro de Ofiuco, hasta ahora nunca he hablado de este manga en sí mismo.

Por ello, para aquellos de quienes lean esto que no sean seguidores de Saint Seiya y/o que solo vieran el anime clásico en los 90, permitidme que me detenga a hablar un poco de este manga. Saint Seiya: Next Dimension es un manga escrito y dibujado por Masami Kurumada que, hoy por hoy, es la secuela directa y canónica del manga original de Saint Seiya.

Originalmente concebido como un manga escrito y dibujado como una precuela en la que se nos narraría la Guerra Santa contra Hades del siglo XVIII, Kurumada no tardó mucho en reconvertirlo en una secuela.

Efectivamente, aunque, en un principio, este manga empieza como una precuela en la que se nos narra la guerra contra el dios Hades anterior a la batalla narrada en el manga original; ya a partir del capítulo 10, Kurumada lo reconvierte en una secuela a través de la introducción en la historia de Suikyo, un personaje que nos es presentado como un Caballero de Atenea traidor que se ha pasado al bando de Hades y que antes era el Caballero de Plata de la Copa. También se nos explica que la armadura de Caballero de este personaje, la Armadura de Plata de la Copa, tiene la capacidad de mostrarte tu futuro si, en su «modo object», la llenas de agua y miras tu reflejo en esta última.

 

Suikyo de Copa

 

Utilizando este giro de la trama como trampolín, Kurumada reformula la premisa de este manga, y lo convierte en uno escrito y dibujado a modo de prólogo, preludio, de la Saga del Cielo.

Efectivamente, a partir de este momento, este manga pasa a narrarnos una historia en la que la Atenea del presente, Saori Kido, realiza un viaje en el tiempo hasta el siglo XVIII para hacerse con la Espada de Hades con el objetivo de destruirla para que el Rey del Inframundo no pueda herir con ella a Seiya en el presente.

Y es que, «reciclando» algunos elementos de la película Tenkai Hen – Overture, a partir del capítulo 14, este manga pasa a narrarnos como, tras la batalla contra Hades, Seiya se encuentra en una especie de estado catatónico «atado» a una silla de ruedas debido a una maldición que pesa sobre la Espada de Hades por la que cualquiera que sea herido por ella pierde su cosmos y queda convertido en una especie de muerto en vida. No solo eso, sino que, también, de alguna forma, la espada, su esencia, queda clavada en el cuerpo de la victima, incrustándose cada vez más, hasta que, a los tres días; la mata definitivamente.

Por ello, Saori/Atenea, acompañada de Shun de Andrómeda; acude al Olimpo, al templo de la Diosa de la Luna Artemisa, para pedir a esta que la envíe a través del tiempo al siglo XVIII para poder hacerse con la Espada de Hades y destruirla. Al principio, Artemisa se niega a ayudarla y, en un «guiño» al final de Tenkai Hen – Overture, le dice que si sigue mostrando tanto apego a los humanos y contrariando a los dioses, estos la castigarán retirándole su condición divina y condenándola a vivir como una humana más en la Tierra.

 

Artemisa encarándose con Atenea en «Next Dimension»

 

Ante la insistencia de Atenea, sin embargo, Atemisa finalmente le explica que, de todas formas, ni ella ni Apolo pueden ayudarla aunque quisieran; que el único que tiene poder para ayudarla a viajar a través del tiempo es Chronos, el Dios Primordial del Tiempo (no confundir con Chronos, el Titán; son dos personajes, dos dioses, distintos tanto en la mitología griega como en Saint Seiya). Atenea, entonces, acude a este dios, este acepta ayudarla y, finalmente, ella y Shun viajan al siglo XVIII.

 

Ubicación del Olimpo en la que se encuentra la morada de Chronos, el Dios Primordial del Tiempo, en «Next Dimension»

 

A partir de este momento, este manga pasa a narrarnos como, al hacer este viaje en el tiempo AteneaShun; se produce una paradoja espacio-temporal por la que el Universo empieza a destruirse y, en el siglo XVIII, resucita el decimotercer Caballero de Oro, el Caballero de Oro de Ofiuco; y este se enfrenta a Atenea, pues busca vengarse de ella porque en la era mitológica intentó convertirse en el igual de los dioses y Atenea lo castigó por ello enviándolo al Tártaro y «borrando su existencia de la Historia».

Al entrar en escena este personaje, este manga nos narra, también, cómo este comienza a recorrer los Doce Templos, desde el Templo de Aries hasta el suyo propio, que, basándose en la ubicación en el cielo de la constelación de Ofiuco en la vida real; se encuentra entre los templos de Escorpio y Sagitario; en vez de luchando contra cada uno de los otros Caballeros de Oro, limitándose a preguntarles si se unirán a él en contra de Atenea o no y, independientemente de lo que le contesten, poniéndolos a dormir con su poder de hipnosis.

 

Odiseo de Ofiuco

 

Y es que, en este manga, una vez más, Kurumada hace que entre los Caballeros de Oro haya caballeros «traidores». Pero, en esta ocasión, son caballeros «traidores» (entre comillas) porque, en realidad no lo son, pues no se trata de que hayan traicionado a Atenea y se hayan pasado al bando de Hades, sino que son personajes que están en contra de Saori porque, ya sea por que lo han visto ellos mismos en la Armadura de la Copa, o porque se lo dijera Suikyo o el Gran Patriarca; saben que no es «su Atenea», saben que es «una Atenea venida del futuro» que, por ello, pondrá en peligro el equilibrio del Universo, además de que obstaculizará el advenimiento de «su Atenea», de la Atenea del siglo XVIII. Y es que, efectivamente, otra de las consecuencias que tiene la presencia de Saori en el siglo XVIII es la de que la Atenea de la época (que se llama Shasha, como en The Lost Canvas) caiga en una especie de profundo sueño, no pudiendo de ese modo asumir el liderazgo del Santuario y dirigir a los Caballeros en la lucha contra Hades.

 

Shasha. la reencarnación de Atenea del siglo XVIII en «Next Dimension»

 

Este manga se empezó a publicar en el año 2006 (a la vez que, por otro lado, el manga Saint Seiya: The Lost Canvas. De hecho, de ahí los paralelismos entre ambos, pues, en un principio, iban a ser sendos mangas que nos iban a narrar la misma historia, solo que uno contándola desde el punto de vista de Shion de AriesDohko de Libra, y el otro contándola desde el punto de vista de Tenma de PegasoAlone, la reencarnación de Hades en el siglo XVIII). Sin embargo, este manga sigue aún en curso de publicación debido a que, no se sabe bien por qué, ha seguido un ritmo de publicación muy irregular, con grandes periodos de espera entre el lanzamiento de una tanda de capítulos y el de la siguiente.

Ahora, sin embargo, el final de este manga se acerca, pues según lo anunciado por el propio Kurumada y su equipo, la próxima tanda (que constará de ocho capítulos) será la última.

Y de ahí el «revuelo» que ha causado la imagen publicada en agosto. Y es que, como se desprende de todo lo que acabo de explicar sobre Next Dimension, es de suponer que, una vez termine este manga, Kurumada empezará a trabajar en la Saga del Cielo, pues, como hemos visto, es adonde parece «llevarnos» la historia narrada en este; ya que, es de suponer, lo que está ocurriendo en este manga será lo que haga que los otros dioses del Olimpo se enfaden con Atenea y tomen la decisión de castigarla de algún modo y/o de destruir a la Humanidad.

Por eso, la imagen sobre la que hemos hablado al principio de esta noticia ha causado este «revuelo» entre los fans de Saint Seiya, ya que vendría a confirmar que, efectivamente, una vez termine Next Dimension, Kurumada comenzará la Saga del Cielo.

De hecho, esta imagen ha causado este «revuelo» no solo por el hecho de que confirme que Kurumada sigue teniendo en mente realizar la Saga del Cielo; sino también por el hecho de que Kurumada la haya dibujado y publicado ahora, pues el motivo por el que Kurumada habría decidido dibujar y publicar esta imagen ahora, no puede ser otro más que el de anunciar, o bien que, de hecho ya está trabajando en la Saga del Cielo; o bien que tiene la intención de empezar a escribirla y dibujarla en cuanto hayan terminado de publicar los últimos ocho capítulos de Next Dimension.

Y es que, volviendo a la imagen, esta es una que ha sido interpretada por los fans de esta forma por lo siguiente: al principio de esta noticia expliqué que esta imagen se trata de una en la que aparece Seiya de Pegaso y, detrás de él, tres montañas con un templo en su cumbre cada una. Pues bien, esta imagen sería una a través de la cual Kurumada nos estaría anunciando el próximo lanzamiento de la Saga del Cielo, porque esos tres templos son un trio de templos de los cuales uno es, precisamente, el Templo de Artemisa que aparece en Next Dimension; y los otros dos son los que, según la propia imagen, serían los del dios Apolo y… El dios Zeus.

Y la imagen no deja lugar a dudas de que los otros dos son los templos de Zeus y Apolo, por un lado, por su diseño; y, por otro, por lo que aparece en el cielo de la imagen, sobre cada uno de ellos.

Efectivamente, la imagen es una que no deja lugar a dudas de que es una con la que Masami Kurumada está aludiendo a la Saga del Cielo porque es una en la que el autor de Saint Seiya nos lo «ha puesto con las letras bien grandes».

Y es que, deteniéndonos a realizar una descripción y un análisis más detallados de la imagen, esta es una que deja claro que alude a la Saga del Cielo porque, teniendo en cuenta que es una en la que podemos ver tres templos en la cumbre de otras tantas montañas y que uno es el de la diosa Artemisa en Next Dimension; es una imagen en la que se puede ver claramente que los templos que aparecen en ella son los templos que poseen tres dioses en el Olimpo de Saint Seiya.

Y es que, como se nos revela en Next Dimension, en el mundo ficticio de Saint Seiya, el Olimpo no es una única montaña, sino toda una cordillera, toda una cadena montañosa formada por varias montañas; de modo que la morada de los dioses no sería un solo edificio, sino todo un complejo formado por, al menos, doce templos, uno por cada dios olímpico; situados cada uno en la cumbre de cada una de las montañas de la cadena montañosa.

 

El «monte» Olimpo tal como aparece en «Next Dimension»

 

En lo que respecta a los templos, decimos que esta es una imagen con la que Kurumada nos lo «ha puesto con las letras bien grandes» porque, amén de que el de Artemisa sea el mismo que el de dicha diosa en Next Dimension; los de Zeus y Apolo está bien claro que son los de esos dioses porque tienen grabado en su frontón un rayo, el de Zeus, y un sol, el de Apolo, además de que este último tiene en su tejado tres esculturas que representan llamas de fuego.

En cuanto a lo que aparece en el cielo de la imagen sobre cada uno de los templos, también podemos decir que no deja lugar a dudas de que los templos son los de esos tres dioses porque lo que aparece en el cielo sobre ellos es la Luna, en el caso de el de Artemisa; el Sol, en el caso del de Apolo; y una luz muy brillante, en el caso del de Zeus; la cual, como curiosidad, decir que ha sido interpretada por algunos fans como una representación de esa idea que tenemos en la cultura judeocristiana de la luz como representación de Dios; en lugar de cómo una alusión a los rayos de Zeus.

Por otro lado, por si pudiera quedar alguna duda, otro de los motivos por los que podemos decir que esta es una imagen con la que Kurumada nos lo «ha puesto con las letras bien grandes» es que, de hecho, lo ha hecho en un sentido literal: efectivamente, en la imagen, aparecen «grabados» en la ladera de cada montaña los nombres «Artemis» (Artemisa), «Zeus» y «Apollon» (Apolo).

Esta imagen, aparte de haber sido publicada en la portada del número 10 de este año de Champion Red; ha sido regalada en una versión textless, «limpia»; como afiche a todos aquellos que reservaron la revista en Gamers. De hecho, fue porque fue una captura del mismo lo que esta tienda subió a la página de reservas de la revista por lo que supimos de esta ilustración por ser de esa forma como la hizo pública esta tienda.

Dicho todo esto, conviene aclarar que, sin embargo, que Kurumada haya dibujado y publicado esta imagen no significa que vayamos a tener «ya» una Saga del Cielo en Saint Seiya, pues, como ya hemos comentado, Next Dimension aún sigue en curso de publicación, por lo que lo más probable que ocurra es la segunda de las dos posibilidades que hemos apuntado antes: la de que Kurumada no comience a escribir y dibujar la Saga del Cielo hasta que haya terminado Next Dimension. Lo que ocurre es que, como ya solamente faltan ocho capítulos para que termine Next Dimension, con un poco de suerte, tampoco debería faltar mucho para que podamos ver los primeros capítulos de la Saga del Cielo publicados.

Esperemos que sea así, y que, a no mucho tardar, podamos ver la Saga del Cielo hecha realidad y que, como todos los fans de Saint Seiya esperamos, esta sea ese «impulso» que esta franquicia de manga y anime necesita para alcanzar el lugar que muchos opinamos que merece ocupar, pues, si bien ya es una franquicia de éxito, muchos fans creemos que merece tener aún más.

Aquí la versión textless de la imagen de la portada del número 10 de Champion Red.

 

 

Nota: Quiero agradecer a los fanartistas Carlos Alberto Lam Reyes y LadyHeinstein que me hayan permitido usar la ilustración que aparece al principio de esta entrada como imagen de cabecera de la misma; pues esta es un fanart dibujado por Lam Reyes y colorizado por LadyHeinstein. Ambos son unos artistas que han alcanzado renombre entre los fans de Saint Seiya cuyos trabajos gozan de una gran aceptación entre estos, por lo que les estoy profundamente agradecido a ambos por permitirme usar este fanart como cabecera de esta entrada.

 

Episodio 2: ¡Arde! Los Meteoros de Pegaso

 

 

 

Estreno: 18 de Octubre de 1986.

Guion: Takao Koyama.

Director: Tomoharu Katsumata, Kazuhito Kikuchi y Kozo Morishita.

 

Reparto de Seiyus y de dobladores españoles:

Saori Kido: Keiko Han/Ana Isabel Hernando

Tokumaru Tatsumi: Yukitoshi Hori/Vicente Gisbert

Seiya de Pegaso: Toru Furuya/Juan José López Lespe

Jabu del Unicornio: Yuichi Meguro/José Núñez

Miho: Naoko Watanabe/Isabel Fernandez Avanthay

Makoto: Noriko Uemura/Lydia Zorrilla

Geki de la Osa Mayor: Yuji Mikimoto/Ruperto Ares

Nachi del Lobo: Hideyuki Tanaka/Jon Crespo

Shun de Andrómeda: Ryo Horikawa/Victor Agramunt

Ichi de la Hydra: Masato Hirano/Jesús Díaz

Shiryu de Dragón: Hirotaka Suzuoki/Ruperto Ares

 

Sinopsis: Enlazándose con el 1, el capítulo 2 empieza repitiendo la escena del combate del anterior entre Jabu del Unicornio y Ban del León Menor. Tras llegar al momento en que termina esa escena en el anterior capítulo, que es en el momento en que, tras derribarlo Jabu, Ban se levanta de nuevo; arranca, ya sí, éste capítulo mostrándonos que ambos personajes se lanzan al ataque el uno contra el otro y que Jabu es quién golpea primero y, por tanto, quien gana el combate. A continuación vemos a la joven que estaba viendo el combate hablando, de nuevo, con su abuelo, cuando su mayordomo la avisa de que ha llegado Seiya.

La joven, Saori Kido, da la bienvenida a Seiya y, en ese momento, se inicia una discusión entre ambos cuando, al hablarle Saori a Seiya del Torneo Galáctico, éste último se niega a participar en él y le exige a Saori ver a su hermana, de la cual fue separado por el abuelo de Saori, Mitsumasa Kido, cuando lo sacó del orfanato y lo envió a entrenarse para Caballero bajo la promesa de que si regresaba a Japón con la Armadura de Pegaso podría volver a verla.

En ese momento, aparece Jabu e interviene diciéndole a Seiya que entregue la Armadura, pero Saori interviene para parar la discusión.

 

 

Cuando al decirle ella a Jabu que si quiere pelea ya podrá luchar con Seiya en el Torneo, este insiste en que no piensa participar y que quiere ver a su hermana; Saori le dice que su hermana desapareció poco después de que él se fuera a Grecia.

Seiya intenta irse, pero entonces Saori le detiene y le propone un trato: que si participa en el Torneo y lo gana, la Fundación usará todos sus recursos para encontrar a su hermana.

En ese momento Seiya se marcha sin aceptar el trato. Pero cuando acude al orfanato en que se crió y habla con su amiga de la infancia, Miho, ésta le dice que si participa en el Torneo, quizá sea la propia hermana de Seiya, Seika, quien le busque a él al verle en la TV. Esto hace que decida aceptar el trato con Saori.

 

 

Así, Seiya participa en el Torneo y, en su primer combate, se enfrenta al Caballero de la Osa Mayor.

Al principio, Seiya lleva ventaja, pero el Caballero de la Osa Mayor, Geki, consigue cogerlo por el cuello con ambas manos y, cómo tiene mucha fuerza en los brazos, parece que va a ser Geki quien gane.

Pero entonces Seiya le agarra los brazos con sus manos y, tras romperle los brazales de la armadura y lograr separar las manos de Geki de su cuello, le derrota de lo que, en un principio, parece una única patada.

 

 

El episodio termina con Seiya siendo declarado vencedor, varios de los otros Caballeros participantes en el Torneo explicando que, en realidad, Seiya no le dio una sola patada sino que lo que hizo fue, básicamente, atacarle con los Meteoros de Pegaso, solo que lanzados con el pie en vez de con el puño; y con el locutor del Torneo explicando que Seiya se tendrá que enfrentar a Jabu en la siguiente ronda y que el ganador final del Torneo ganará la Armadura de Oro.

 

 

Claves Mitológicas y Astrológicas: Este capítulo, cómo la mayoría de los de la Saga del Santuario, apenas contiene referencias a la mitología griega más allá de que las armaduras de los personajes introducidos en éste capítulo se inspiren, en este caso concreto, en las constelaciones del Unicornio, el León Menor y la Osa Mayor.

Debido a ello y porque, precisamente por eso, aunque hablé del mito de Pegaso en las Claves Mitológicas y Astrológicas del primer capítulo, no hice lo propio con la constelación; vamos a hablar de ésta también aquí.

Pegaso es una constelación visible en el hemisferio norte que recibe su nombre del mítico caballo alado. Es una de las 48 constelaciones catalogadas por el astrónomo del siglo II d. C. Ptolomeo y una de las 88 reconocidas actualmente por la Unión Astronómica Internacional (UAI).

 

 

Con una magnitud aparente que varía entre 2’37 y 2’45, la estrella más brillante de Pegaso es la supergigante naranja Épsilon Pegasi, también conocida como Enif, que marca el hocico del caballo. Las estrellas Alpha (Markab), Beta (Scheat) y Gamma (Algenib), junto con Alpha Andromedae (antigua Delta Pegasi) forman el gran asterismo conocido como el Cuadrante de Pegaso.

Cubriendo 1121 grados cuadrados, Pegaso es la séptima constelación más grande de las 88. Limita al norte y al este con la constelación de Andrómeda, al norte con Lacerta, al noroeste con Cisne, al oeste con Vulpécula, Delphinus y Equuleus, al sur con Acuario y al sur y al este con Piscis.

Pegaso está formada principalmente por un gran asterismo cuadrado, aunque una de las estrellas de éste, Delta Pegasi, es actualmente considerada de forma oficial la estrella Alpha de Andrómeda, Alpha Andromedae.

Tradicionalmente, se considera que el cuerpo del caballo está representado por un cuadrilátero formado por las estrellas Alpha Pegasi, Beta Pegasi, Gamma Pegasi y Alpha Andromedae. Las patas delanteras están formadas por dos líneas torcidas de estrellas, una que va desde Eta Pegasi hasta Kappa Pegasi, y otra que va desde Mi Pegasi hasta 1 Pegasi. Otra línea torcida de estrellas, que va desde Alpha Pegasi hasta Épsilon Pegasi pasando por Theta Pegasi forma el cuello y la cabeza. Épsilon Pegasi es el hocico.

Cómo todas las constelaciones, Pegaso tiene varias estrellas «importantes», «destacables», esto es, estrellas que en cualquier obra de divulgación de astronomía se hablaría de ellas detenidamente; así cómo varios «objetos de cielo profundo», término con el que se designan aquellos cuerpos celestes que se pueden ver en el cielo nocturno si se mira hacia dicha constelación, pero que realmente no es que «estén» en ella. Ello se debe a que con éste término se designa a cuerpos celestes tales cómo galaxias y nebulosas y que, por tanto, no pueden estar orbitando alrededor de las estrellas de la constelación en cuestión porque todas las estrellas que vemos cuando alzamos la mirada al cielo por la noche son estrellas de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, y esos cuerpos celestes son astros que no «cabrían» en ella y/o en el espacio entre la estrella en cuestión y las más cercanas a esta.

Sin embargo, aquí no vamos a detenernos a ver las estrellas «destacables» y los objetos de cielo profundo de Pegaso porque de lo contrario, entre eso, hablar de las constelaciones del Unicornio y del León Menor, más las curiosidades que comentemos en el apartado «Curiosidades»; esta entrada acabaría siendo más larga de la cuenta.

 

 

Por ello, ahora ya sí, vamos a ver las constelaciones del Unicornio y el León Menor y los mitos asociados a estas. De hecho, al menos en parte, también por eso, tampoco vamos a hablar de la constelación de la Osa Mayor aquí. Y es que, efectivamente, uno de los motivos por los que no vamos a hablar de la constelación de la Osa Mayor es para no alargar en exceso las «Claves Mitológicas y Astrológicas» del resumen de este capítulo. Pero el otro motivo por el que no vamos a hablar de dicha constelación aquí es porque vamos a «reservarnos» hablar de ella para las «Claves Mitológicas y Astrológicas» del resumen del capítulo 74, el cual es el primero de la Saga de Asgard.

 

-Unicornio, oficialmente llamada Monoceros, «unicornio» en griego; es una constelación ubicada en el ecuador celeste descrita por primera vez por el cartógrafo alemán del siglo XVII Petrus Plancius.

 

 

Es una constelación relativamente moderna en la astronomía occidental, no formando parte, por tanto, de las 48 catalogadas por Ptolomeo en el Almagesto.

Apareció por primera vez en un globo creado por Plancius en 1612 o 1613 y fue más tarde trazada por el astrónomo, también alemán, Jakob Bartsch como «Unicornu» en su carta estelar de 1624.

Sin embargo, puede que la constelación del Unicornio sea un poco más antigua, pues los astrónomos alemanes Heinrich Wilhelm Olbers y Ludwig Ideler indicaron que quizá así fuera (de acuerdo con alegaciones de Richard Hinkley Allen), citando un trabajo astrológico de 1564 que mencionaba que «el segundo caballo entre los Gemelos y el Cangrejo tiene muchas estrellas, pero no muy brillantes». Es posible que estas referencias se las debamos al filósofo, médico, alquimista y astrólogo medieval escocés Miguel Escoto, pero se refieren a un caballo y no a un unicornio, y su posición no coincide del todo.

El erudito francés Joseph Scaliger reseña haber encontrado Monoceros en una antigua esfera persa.

Monoceros es una constelación visible en el cielo nocturno en invierno en el hemisferio norte. Limita al oeste con Orión, al norte con Géminis, al sur con Can Mayor y al este con Hydra. Otras constelaciones limítrofes son Can Menor, Lepus y Puppis.

Al no ser una de las constelaciones catalogadas por Ptolomeo en el Almagesto, Unicornio es una constelación sin mito griego asociado, es decir, por así decirlo, que no representa a ningún unicornio de la mitología griega en concreto. Sin embargo, al contrario que otras introducidas en épocas posteriores a la Edad Antigua, sí es una constelación que representa, en este caso, una criatura mitológica. Por todo esto, en este caso, aunque no podamos hablar de ningún unicornio concreto, podemos hablar de los unicornios en general.

En la Edad Antigua muchos seres míticos eran una suerte de criaturas híbridas de varios animales reales, en el sentido de que eran seres que tenían las patas de un determinado animal, la cabeza de otro, etc.

El unicornio en concreto, originariamente, era una criatura de este tipo que, en este caso, tenía patas de antílope, ojos y barba de chivo y un cuerno en la frente.

En representaciones modernas y en la actualidad, sin embargo, es plasmado como idéntico a un caballo, solamente diferenciándose de éste en la existencia del cuerno.

Aparece en muchas historias y leyendas. En la Edad Media simbolizaba la fuerza y era considerado un animal fabuloso capaz de derrotar a animales más fuertes físicamente, incluido el elefante.

Las primeras versiones del mito se las debemos al médico griego Ctesias, quien, además de médico, era historiador y que vivió en el siglo V a. C. En el año 400 escribió un libro relatando su viaje a la India. En este libro describe al unicornio como un animal silvestre de la India con la apariencia de un caballo, pero el cuerpo albo, la cabeza purpura y los ojos de color azul intenso. Su cuerno, según Ctesias, era negro con la punta roja y la base blanca, y tenía propiedades medicinales que permitían curar problemas estomacales, la epilepsia y neutralizar cualquier veneno.

Era considerado una criatura de hábitos solitarios y muy esquivo, pero igualmente agresivo, lo que lo hacía muy difícil de cazar.

Debido a las afirmaciones de Ctesias sobre las propiedades del cuerno del unicornio, durante la Edad Media, muchos nobles y hombres notables dedicaron notables esfuerzos para capturar a esta criatura para hacerse con su cuerno para consumirlo en forma de polvo en la comida y la bebida, preferiblemente en una copa hecha del mismo material.

El unicornio también simbolizaba la virginidad, por lo que se creía que su caza era mucho más fácil si a los cazadores los acompañaba una doncella virgen.

 

Tapiz que hace alusión al sentido de la vista de la serie de tapices «La Dama y el Unicornio»

 

La figura del unicornio aparece en todas las culturas del mundo, por lo que se han propuesto varias teorías para explica su origen. Todas ellas, sin embargo, tienen en común la idea de que la figura del unicornio puede estar inspirada en un animal real.

De estas, la más «exitosa», es decir, la más extendida, es que el unicornio puede tener su origen en viajes a África y a la India en los que los viajeros vieran rinocerontes y les pareciera que eran una especie de caballo con un cuerno en la frente. Esta teoría se basa en el hecho de que fueron los griegos los que «bautizaron» a los hipopótamos con dicho nombre, el cual significa «caballo de río».

Otra teoría muy popular es la que afirma que la figura del unicornio puede estar inspirada en el narval, aunque esta es, más bien, una teoría formulada para explicar el origen del mito de las propiedades curativas del cuerno del unicornio, más que del unicornio en sí. Además, en este último caso, esta es una teoría formulada para explicar el origen de la figura del unicornio marino.

El narval es un animal acuático, un cetáceo que habita en el océano Ártico y en el norte del Atlántico. Los machos se caracterizan por tener un colmillo muy largo y retorcido de manera helicoidal que puede llegar a medir dos metros y pesar diez kilos.

Así, se ha propuesto la teoría del narval porque, al parecer, los vikingos comerciaron vendiendo colmillos de narval afirmando que eran cuernos de unicornios con el objetivo de venderlos y hacerlo al mayor precio posible.

 

 

Finalmente, en la actualidad se ha postulado que la figura del unicornio puede provenir de la existencia de un animal que, en principio, vivió en el Pleistoceno y que hoy día está extinto, pero que pudo existir hasta, más o menos, después del año 5000 a. C.: el Procamptoceras brivatense.

El Procamptoceras brivatense era un antílope prehistórico de finales del periodo Villafranquiense del Pleistoceno que tenía dos cuernos muy rectos dispuestos en línea. Sin embargo, aunque eran dos, estos cuernos estaban muy próximos entre sí y se hallaban recubiertos por una especie de vaina, de modo que parecían un solo cuerno.

Los restos fósiles de Procamptoceras brivatense más recientes datan de hace alrededor de un millón de años, pero ello no significa necesariamente que no llegara a convivir con los humanos y, por ello, fuera la visión de estos antílopes la que diera origen al mito del unicornio.

 

 

 

-León Menor es una constelación pequeña y débil visible desde el hemisferio norte. Su nombre proviene del latín Leo Minor, que significa «el león menor». Es una de las constelaciones modernas, por lo que no forma parte de las 48 catalogadas por Ptolomeo. Fue descubierta por el astrónomo Johannes Hevelius en 1687.

 

 

Leo Minor es una constelación con forma de triangulo formada por estrellas muy brillantes visibles a simple vista. Es una pequeña constelación que limita al norte con Osa Mayor, Lynx al oeste, Leo al sur y con Cáncer al suroeste. Los límites oficiales de la constelación, tal cómo fueron establecidos por Eugène Delporte en 1930, son definidos cómo un polígono de dieciséis lados. Es la 64ª constelación más grande de las 88. Cubre un área de 232’0 grados cuadrados, o, lo que es lo mismo, un 0’562% del cielo.

Esta constelación tiene dos estrellas en torno a las cuales se han descubierto planetas extrasolares. La primera de éstas es HD 87883, con un planeta con 1’78 veces la masa de Júpiter y en la que es posible que haya otros planetas más pequeños. La segunda es HD 82886, que tiene un planeta con 1’3 veces la masa de Júpiter que fue descubierto en 2011.

Al haber sido descubierta en el siglo XVII, en el caso de Leo Minor no podemos hablar de ningún mito, de ninguna criatura mitológica, a la que haga referencia ésta constelación.

Sin embargo, en Saint Seiya, su autor, Masami Kurumada, sí dotó de un trasfondo mitológico a la Armadura de Bronce del León Menor.

Cómo quizá recuerden aquellos de quienes lean esto que sean fans de Saint Seiya, si observamos detenidamente tanto el casco de esta armadura cuando está en su forma object cómo la cabeza de león que adorna la cara frontal de la Caja de Pandora de ésta armadura, veremos que ambas cosas parecen más la cabeza de un perro o un lobo que la de un león.

 

 

 

Ello no se debe a que Kurumada no supiera dibujar bien la cabeza de un león ni nada de eso, sino a que, cuando diseñó ésta armadura, se inspiró en una criatura de la mitología japonesa y de otros pueblos asiáticos: el shisa.

«Shisa» es el nombre que reciben en la isla japonesa de Okinawa los shishi o Leones de Fu.

Los Leones de Fu son animales míticos originarios de la tradición budista y que, por ello, tienen una gran difusión en el Sudeste Asiático, China, Japón, el Tibet, Corea y Tailandia.

 

 

Los Leones de Fu suelen ser representados principalmente en estatuas y, generalmente, podemos encontrarlos en los umbrales de templos budistas, palacios y tumbas imperiales, en todos los edificios de la Dinastía Han y en algunas representaciones del bodhisattva Manjushri.

Aparecieron en el arte chino con la introducción del budismo como defensores de la ley y protectores.

Son considerados cómo un símbolo de protección contra malos espíritus, malas energías y malas personas; por lo que se adornaban palacios, edificios y hogares con figuras de estas criaturas que suelen venir en parejas formadas por un macho y una hembra. De hecho, cuando las representaciones escultóricas de estos seres se popularizaron tanto que incluso había estatuas de leones de fu en muchos hogares particulares, solía considerarse que el macho protegía a los miembros de la familia cuando estos se encontraban fuera de la casa y que la hembra protegía el hogar.

Suelen representarse con una o ambas patas delanteras apoyadas sobre una esfera y con los ojos abiertos y con una mirada fiera.

Es símbolo de energía y valor.

 

 

 

-Cómo ya hemos señalado, con esto vamos a dar por concluido el apartado «Claves Mitológicas y Astrológicas» de esta entrada, pues vamos a «reservarnos» el hablar de la constelación de la Osa Mayor para las «Claves Mitológicas y Astrológicas» del resumen del capítulo 74 por el motivo expuesto de que hablar de ella aquí alargaría en exceso este apartado de esta entrada.

Ello se debe a que la constelación de la Osa Mayor es una constelación reconocida no solo por la astrología y la astronomía grecolatinas, sino también por las de muchos otros pueblos del mundo.

Efectivamente, la cultura grecolatina no es la única que ha reconocido como constelación la de la Osa Mayor y ha «visto» un oso en ella, sino también muchas otras culturas del hemisferio norte de la Tierra.

Y una de ellas ha sido la nórdica, en cuya mitología se basa la Saga de Asgard de Saint Seiya.

Esto hace que, si pretendiéramos hablar de esta constelación y los mitos asociados a esta aquí, tendríamos que decir tantas cosas que, cómo decimos, este apartado de esta entrada se alargaría en exceso.

Sin embargo, lo que sí vamos a hacer aquí es hablar del mito griego en concreto con el que los helenos asociaron esta constelación. Este fue el mito de Calisto.

Calisto era una ninfa cazadora perteneciente al cortejo de Artemisa, la Diosa de la Luna. Cómo tal, había hecho un voto de castidad.

Pero el dios Zeus se enamoró de ella y, transformado en Artemisa según la mayoría de las fuentes o en Apolo, según algunas pocas fuentes, la sedujo y Calisto quedó embarazada.

Para evitar que, por ello, Calisto sufriese las iras de la diosa Hera, Zeus transformó a la ninfa en osa. Pero, finalmente, Hera descubrió la infidelidad de Zeus y pidió a Artemisa que disparase a la osa durante una cacería y la diosa de la cacería así lo hizo.

Cómo muchos mitos griegos, el de Calisto tiene diferentes versiones. Sin embargo, en este caso, en vez de diferentes versiones del mito en su conjunto, de lo que existen diferentes versiones es sobre cómo y porque murió Calisto.

Así, por ejemplo, tenemos que, según Ovidio, Artemisa mató a Calisto como castigo por romper su voto de castidad después de que Hera la transformase en osa, mientras que Higino relata que Artemisa sorprendió a Calisto bañándose en un río y advirtió que estaba embarazada. Cuando Artemisa le preguntó el motivo, como Zeus, para seducirla, adoptó la forma de la diosa de la Luna y la caza; Calisto le replicó que era culpa suya. Artemisa, enfadada por la respuesta, transformó a Calisto en osa y la expulsó de su cortejo.

 

 

Sea como fuere, Calisto murió, pero para salvar al hijo que tuvo con ella, Zeus la transformó en la constelación de la Osa Mayor, otorgándole de ese modo la inmortalidad. Zeus entregó al hijo de ambos, Arcas, a la pléyade Maya para que lo criase.

Se dice que esta constelación no se oculta nunca tras el horizonte porque la titánide Tetis, esposa de Océano y niñera de Hera, odiaba a Calisto por interponerse entre su ahijada y Zeus y, por ello, le prohibió que se sumergiese en el mar. Esto explicaría porque es circumpolar.

 

 

Curiosidades: Aunque realmente no es así, podemos decir que desde el punto de vista del argumento, el «verdadero» primer capítulo es este y que el 1 podría considerarse una especie de «capítulo 0» en tanto en cuanto que, desde el punto de vista anteriormente dicho, el capítulo 1 es prácticamente independiente de éste (y del resto) en tanto en cuanto que es un capítulo en el que, aparte de presentar a Seiya y el resto de personajes que se presentan en él, no ocurre nada más, es decir, no se da inicio aún a la historia que se nos va a contar: en lugar de eso, se nos narra cómo consigue Seiya la Armadura de Pegaso y cómo Shaina le ataca con la intención de matarle en venganza por derrotar a Cassios.

Aunque, cómo digo, no sea realmente así, se podría considerar eso porque como ya he explicado en la entrada titulada «Guía de Episodios de «Saint Seiya»: Introducción», Saint Seiya se divide en las siguientes sagas: «Saga del Santuario», «Saga de Asgard», «Saga de Poseidón» y «Saga de Hades».

En esa misma entrada también explico que, aunque no es algo oficial, sino algo que es considerado así por los fans de la serie, se considera que la Saga del Santuario se divide a su vez en varias partes menores. La primera de esas partes menores es la conocida por los fans como la parte de «El Torneo Galáctico».

Por todo esto, podemos decir que, desde el punto de vista del argumento, el «verdadero» primer capítulo es este porque es el capítulo en que empieza oficialmente la primera de las varias partes menores en las que se divide la Saga del Santuario: la de «El Torneo Galáctico».

Esta parte ha sido «bautizada» así por los fans de la serie porque, cómo hemos podido ver en esta misma entrada, es una parte en la que Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun se enfrentan entre sí y a otros cinco personajes que, como ellos, fueron reunidos por Mitsumasa Kido, los popularmente conocidos como Caballeros de Bronce secundarios; en una competición de lucha, en un torneo. Por ello, esta parte es una en la que no hay «malos» ni «buenos», todos luchan cómo unos simples participantes en una competición deportiva.

De esta forma podemos decir que incluso puede que Kurumada introdujese el arco de éste Torneo con la única excusa de presentar al resto de Caballeros de Bronce protagonistas y a los Caballeros de Bronce secundarios. De hecho, hay un detalle que podría interpretarse cómo un indicio a favor de esta teoría: el de que el Torneo Galáctico queda inconcluso porque ha de ser cancelado.

El arco del Torneo Galáctico durará hasta el capítulo 6, éste incluido.

 

-En este capítulo se nos presenta a otro de los personajes protagonistas de la serie, Saori. En este capítulo se nos presenta a Saori Kido cómo una joven de la misma edad de Seiya (13 años) y que es la nieta de Mitsumasa Kido y que, por ello y porque Mitsumasa lleva ya en este capítulo cinco años muerto, es la actual presidente de una fundación que creó Kido, la Fundación Graude. Sin embargo, este personaje acabará siendo tan importante cómo los cinco protagonistas, pues varios capítulos más adelante se revelará cierto secreto sobre ella que no voy a desvelar aquí para no hacerle «spoiler» no solo a los que no hayan visto la serie, sino también a aquellos que no tengan pensado verla pero quieran seguir la historia a través de los resúmenes que publique yo en este blog.

 

 

Por otro lado, en la misma escena en que se nos presenta a Saori, se nos presenta también a otro personaje que, si bien no es protagonista y no tendrá un papel importante en la trama, los espectadores llegaremos a conocerlo casi tan bien cómo a los protagonistas: Tatsumi, el mayordomo de Saori.

Este es un personaje que, si bien en estos capítulos se nos presentará cómo un personaje con un carácter serio y algo antipático y, en algunos, en escenas flashback, cómo que incluso maltrató alguna vez a Seiya y a los demás cuando eran niños, más adelante se convertirá en el típico personaje de manga y anime del estilo de Krilín u Oolong de Dragon Ball, en el sentido de que, cómo estos, es el que aporta el toque de humor a la serie. En el caso de Tatsumi, sin embargo, nos encontramos ante un personaje que las situaciones cómicas que protagoniza son situaciones provocadas por su carácter «gruñón». Aunque, también, cómo en el caso de Krilín, será un personaje al que veremos intentar enfrentarse a los «malos» pero ser derrotado de un solo golpe de forma cómica.

 

 

-En este capítulo se introduce la subtrama de la desaparición de Seika, la hermana de Seiya. Aunque, en este caso, más que una trama secundaria, se trata de un elemento introducido por Kurumada que ejerce el papel de ser aquello que motiva a Seiya a participar en el Torneo. Y es que, efectivamente, la de la desaparición de Seika no será una trama secundaria propiamente dicha, es decir, que no veremos a Seiya buscarla de forma activa, ni nada de eso; sino que será un «elemento» que ejercerá dos papeles, dos funciones: la que ya hemos dicho de ser aquello que motivará a Seiya a participar en el Torneo Galáctico, y la de ser la base de un misterio que no se resolverá, por un lado, hasta el final de la serie, hasta uno de los capítulos de la miniserie Saint Seiya: Capítulo de Hades – Elíseos, y, por otro, hasta la película Saint Seiya: Tenkai Hen – Overture: el misterio de la verdadera identidad de la maestra de Seiya, Marin.

 

Seika, la hermana de Seiya

 

-Saori y Tatsumi no son los únicos personajes que se nos presenta en este capítulo. También se nos presenta a Miho, una amiga de la infancia de Seiya, y a uno de tres niños huérfanos que tendrán cierta amistad con Seiya, Makoto.

 

Miho

 

Makoto

 

También conoceremos a tres de los Caballeros de Bronce secundarios: Jabu del Unicornio, Ban del León Menor y Geki de la Osa Mayor.

Por otro lado, habrá cuatro personajes que, por así decirlo, aún no conoceremos, pero tendremos un «primer contacto» con ellos. Y, de estos, dos son dos de los cuatro miembros del grupo de los cinco Caballeros de Bronce protagonistas que nos quedan por conocer: Shiryu del Dragón y Shun de Andrómeda.

Los otros dos son Ichi de la Hydra y Nachi del Lobo.

 

-La escena del combate entre Jabu del Unicornio y Ban del León Menor con la cual comienzan el primer capítulo y éste es una escena exclusiva del anime, no existe en el manga. En éste último, el capítulo del mismo que sería éste empieza con la escena de la llegada de Seiya. Precisamente porque en el manga no existe la escena del combate entre Jabu y Ban, en éste el combate entre Seiya y Geki es el combate inicial del Torneo.

 

-En este episodio se da un hecho curioso que no está claro si debe interpretarse cómo un error de continuidad o cómo un efecto dramático, una hipérbole, etc. El hecho en cuestión es que cuando Seiya derrota a Geki, a la vez que éste cae al suelo KO, la Armadura de la Osa Mayor estalla en pedazos. Sin embargo, la siguiente vez que vemos a Geki en pantalla, su armadura está intacta.

 

-Vemos por primera vez la Armadura de Oro de Sagitario, o, mejor dicho, su Caja de Pandora. En este y sucesivos capítulos se nos presenta esta armadura cómo la única de su «rango», de su clase; que existe. En este arco, esta armadura ejercerá el papel de ser, simplemente, el premio para el vencedor del Torneo. Pero, más adelante, tomará un mayor protagonismo al convertirse en el objeto por cuya posesión lucharán Seiya y sus compañeros y el Santuario.

 

-Dos párrafos más atrás hemos comentado que la escena del combate entre Jabu del Unicornio y Ban del León Menor es una escena exclusiva del anime, que no existe en el manga, por lo que, en este último, éste capítulo comienza con la escena de la conversación entre Seiya y Saori en el hall de entrada de la Mansión Kido.

Ésta no es la única diferencia que nos encontramos en este capítulo en concreto entre el anime y el manga, sino que hay varias más.

La primera de ellas la encontramos, precisamente, en la escena de la conversación entre Seiya y Saori.

La diferencia que hay entre el manga y el anime en esta escena es que, en el primero, ésta no tiene lugar en el hall de entrada de la mansión, sino en medio de una rueda de prensa que dan Saori y Tatsumi para promocionar el Torneo Galáctico.

 

-Otra diferencia entre el anime y el manga la encontramos, precisamente, en la propia existencia en éste último de la escena de la rueda de prensa: esta es una escena escrita y dibujada por Kurumada para dar ciertas explicaciones que, en el anime, se nos darán más adelante repartidas entre varios episodios. Una de esas explicaciones que ya se dan aquí en el manga es por qué se ha organizado este torneo, la cual, en el anime, se nos dará en el capítulo 3.

 

-También en este capítulo, de nuevo, hay una escena del manga que «se deja de lado» en éste capítulo para incluirla en uno posterior: la escena flashback en que Jabu le hace de caballo a Saori cuando son niños. Sin embargo, en realidad, no es que se omita, sino que, de nuevo, nos encontramos ante un caso cómo el de la escena flashback del capítulo 1 en que se rememora el entrenamiento de Seiya. Solo que, en este caso, se trata de que se incluye en este capítulo una parte de esa escena tan corta que consiste tan solo en una imagen de unos pocos segundos en la que se ve a Jabu andando a gatas con Saori subida a su espalda. La escena completa la veremos, cómo ya lo comentaré más extensamente en la entrada/resumen correspondiente, en el capítulo 42.

 

 

-En el manga, la escena de la conversación entre Miho y Seiya viene precedida de una en la que se ve a periodistas de otros países llegando en avión a Japón y a gente entrando en el coliseo construido por la Fundación Graude y sentada ya en las gradas. En las páginas en que se encuentra esta escena, los lectores podemos ver en la primera viñeta, la cual es una viñeta a doble página, el titular de una noticia de un periódico hablando del Torneo y, en la totalidad de las dos páginas que ocupa la escena, leer cinco bocadillos que se supone que son la voz de un presentador de TV del canal que está viendo Seiya en el orfanato hablando de la expectación que está suscitando el Torneo.

Lo interesante de ésta escena del manga, es que es una con la cual Masami Kurumada hizo algo que nunca se molestó en hacer el staff del anime: «darnos» a los fans, cómo mínimo, una fecha de la cual partir para establecer una cronología, una línea del tiempo, de Saint Seiya. Dicha fecha nos la da el titular del periódico. La fecha es miércoles 10 de septiembre de 1986.

 

 

-Con Saint Seiya, cómo seguramente pasa con muchos otros mangas, se da la peculiaridad de que cada capítulo del anime cubre dos del manga. Así, en este caso concreto, este capítulo del anime de Saint Seiya, el 2, cubre los capítulos 3 y 4 del manga. Por ello, en el manga, el combate entre Seiya y Geki se encuentra en el capítulo 4.

El caso es que, en este capítulo, la escena flashback del manga en que Jabu le hace de caballo a Saori no es la única que se «quita» de éste capítulo en el anime para ponerla, en este caso, en el 42 del mismo. Efectivamente, en este capítulo del anime hay una segunda escena, ésta del capítulo 4 del manga, que se «quita» de éste para ponerlo en uno posterior: la de la presentación, la del acto de inauguración, del Torneo; que se pasa al capítulo 3 del anime.

 

 

-Aunque yo aquí no voy a hablar de ello cómo tal, lo que voy a explicar ahora es también otra diferencia que hay en este capítulo del anime entre este y el manga. Y es que, aunque aquello de lo que voy a hablar es de una escena en la que también podemos encontrar una diferencia entre el anime y el manga, yo aquí voy a hablar de esa escena en unos términos que, si bien también suponen hablar de esa diferencia, son unos que suponen hablar de ella más bien desde la perspectiva de que se trata de una escena ambigua, una escena con la que, tanto Kurumada en el manga cómo Toei Animation en el anime, juegan con el lector, en el primer caso, y el espectador, en el segundo, al despiste, a hacerle creer que ha pasado una cosa cuando en realidad ha pasado otra. La escena en cuestión es la escena en que Seiya derrota a Geki.

El caso es que, en el anime, esta escena es algo confusa porque cuando Seiya parece perder el conocimiento, o lo que sea, el locutor del Torneo dice que Geki la ha roto el cuello, pero sin embargo, de repente, es Seiya quien le rompe los brazales de la armadura a Geki y no se nos explica a los espectadores porque pasa esto, porque dice el locutor que Geki le ha roto el cuello cuando no es así.

Sin embargo, en el manga se explica que lo que ha pasado es que cómo, de alguna forma pueden medir la fuerza que emplean al luchar, la intensidad de su energía cósmica, etc; el locutor creyó que Geki le rompió el cuello a Seiya porque los sensores confundieron la fuerza con que Seiya le apretaba los brazos a Geki con la fuerza con que Geki le apretaba el cuello a Seiya.

Así, en ésta escena, también hay diferencias entre el anime y el manga. Solo que, en este caso, la diferencia está en que, mientras que en el manga se le «revela el engaño» al lector por boca de un espectador que se pregunta en voz alta que si no será que lo que ha pasado es que, desde hacía un rato, los sensores habían estado midiendo la fuerza de Seiya en vez de la de Geki, en el anime se les «olvidó» esa parte.